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UNRWA España - Actualidad sobre los refugiados de Palestina - “La búsqueda de seguridad fue la razón por la que huimos, estuve muy cerca de perder a mi hijo en un ataque aéreo”

“La búsqueda de seguridad fue la razón por la que huimos, estuve muy cerca de perder a mi hijo en un ataque aéreo”

Asmaa, su esposo y sus tres hijos reunieron sus vidas en una pequeña bolsa y huyeron de Siria a Jordania en julio de 2012. Condujeron durante horas desde el campamento de Yarmouk hasta la frontera con Jordania, con sus esperanzas, temores y sueños mientras llovían ataques aéreos y bombas.

La familia de Asmaa fue testigo de las más absolutas tragedias mientras huían para salvar sus vidas. Condujeron entre la destrucción de la guerra y viendo los cadáveres a través de las ventanas del coche.

El prolongado conflicto en Siria ha afectado gravemente a los refugiados y refugiadas de Palestina que habían encontrado cobijo en el país después tras su éxodo de la Palestina histórica en 1948. Diez años después, el conflicto ha provocado que la mayoría haya perdido sus hogares y medios de vida. Más del 60% de su comunidad ha experimentado múltiples desplazamientos internos prolongados a lo largo de los años.

El conflicto sirio ha dejado a su paso al 91% de los 438.000 refugiados y refugiadas de Palestina, que se estima permanecen en el país, en la pobreza absoluta y el 40% permanecen desplazados. En 2020, las condiciones de vida se deterioraron aún más como resultado de una crisis económica alimentada por la pandemia de COVID-19, lo que provocó un aumento de los precios, incluidos el de los productos más básicos.

Antes del conflicto, la familia vivía cómodamente en Siria. Tenían una casa y gozaban de buena salud. Su estabilidad fue destruida cuando estalló la guerra, tras las manifestaciones pacíficas de marzo de 2011. “La búsqueda de seguridad y protección fue la razón por la que huimos, estuve muy cerca de perder a mi hijo pequeño en un ataque aéreo”, recuerda Asmaa con dolor.

Después de un viaje lleno de traumas, la familia logró cruzar la frontera hacia Jordania y se dirigió a la casa de su hermana en Irbid, donde permanecieron un año antes de alquilar su propio refugio en Nuzha, cerca de Amán. UNRWA brindó a la familia asistencia en efectivo y atención médica para aliviar los innumerables desafíos. Mohammed, el marido de Asmaa, solía trabajar como pintor, pero una hernia de disco le impide desarrollar su trabajo, por lo que la familia depende totalmente de los servicios que presta UNRWA. Los tres hijos de la pareja ahora asisten a escuelas de la UNRWA, así como a programas de apoyo psicosocial y de salud mental, para ayudarles en su camino hacia la recuperación del trauma del que sobrevivieron.

Ser refugiado nunca fue una elección. Hoy, diez años después de que comenzara el conflicto en Siria, 17.800 refugiados de Palestina en Siria que viven en Jordania, como Asmaa y Mohammed, enfrentan dificultades increíbles en busca de paz y seguridad. Muchos han perdido amigos, parientes y padres. Otros se han desplazado por todo el mundo y muchos han perdido el contacto con sus seres queridos.

Asmaa también tuvo que dejar a alguien atrás: su madre de 70 años. “Ojalá pudiera ver a mi madre y reunirme con mis parientes algún día. Es desgarrador saber que mi madre vive sola y no podemos hacer nada para mantenerla”.

En 2021, UNRWA necesitará 318 millones de dólares para responder a las necesidades humanitarias de la población refugiada de Palestina en Siria, Líbano y Jordania. Además del acceso a la atención médica y la educación, esta financiación proporcionará a 17.800 personas refugiadas de Palestina de Siria desplazadas en Jordania, asistencia en efectivo para salvar vidas. Con este apoyo se podrá ayudar a familias como la de Asmaa en su continuo desplazamiento.

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