Jardines y naturaleza para aliviar el estrés en Siria
27.06.2022
La población refugiada de Palestina en Siria ha sobrevivido a más de 10 años de conflicto en el país, por lo que necesitan espacios estables y seguros donde poder reunirse como comunidad, compartir sus intereses y explorar su creatividad.
Tariq al Shalabi, trabajador de UNRWA en el campamento de Neirab, cerca de Alepo, Siria, trabaja en el centro de distribución de alimentos, pero su compromiso con los refugiados y refugiadas de Palestina va más allá.
Tariq creó un jardín cerca del centro de distribución en el que trabaja. El objetivo era tener un lugar donde los refugiados y refugiadas se reunieran mientras esperaban sus paquetes de alimentos. Él mantiene el espacio verde durante todo el año y cultiva el pequeño terreno con mucho amor. Se asegura de plantar lo suficiente para tener flores y cosechas frescas y coloridas en todas las estaciones del año.
La cosecha se comparte entre los miembros de la comunidad, el personal de UNRWA y las personas visitantes interesadas en el centro de distribución.
Los refugiados y refugiadas que vienen al centro a recoger sus paquetes de alimentos a menudo se quedan y pasan tiempo en el jardín. En sus descansos, el personal también se reúne con tazas de té y con menta fresca. Los estudiantes de formación profesional de UNRWA, que también comparten el espacio, suelen utilizar el jardín como telón de fondo para sus fotografías.
Al igual que Tariq, Ammar Abu Hemideh y Mahmoud Ali, dos trabajadores de saneamiento de UNRWA en el campamento de Neirab, cuidan las áreas verdes en las escuelas de UNRWA. Utilizan su tiempo libre para asegurarse de que esos preciosos espacios, por pequeños o grandes que sean, permanezcan podados y en flor. Han observado que las plantas y las flores brindan alivio a los estudiantes y al personal educativo, quienes han sobrevivido varios años del conflicto en Siria. “Estamos muy orgullosos de esto”, comenta Ammar. “Pero nuestro reconocimiento más preciado es ver a los niños y niñas, nuestros pequeños del campamento, mirando los jardines, oliendo las hierbas y sonriendo a las flores. Nos hace felices transmitir el valor de la naturaleza y el medio ambiente, y ayudar a proporcionar un espacio tranquilo donde puedan jugar y sentirse felices”.
La prevalencia de problemas psicosociales y de salud mental adversos es motivo de una creciente preocupación en el país. En muchas situaciones los menores y adultos están expuestos a la violencia, al conflicto y al desplazamiento. Esto se complica aún más por una variedad de factores externos, como la pobreza, el desempleo, la inseguridad alimentaria, la opresión y la exclusión. Si no se aborda, la angustia psicosocial puede conducir a enfermedades mentales, conductas peligrosas y poco saludables, abuso de sustancias y bajo rendimiento académico.
La asistencia de UNRWA se brinda cada vez más en condiciones inseguras y potencialmente mortales, incluidas las escaladas de violencia en Gaza, las demoliciones de viviendas en la Cisjordania ocupada y el conflicto en curso en Siria.
En la Agencia hemos desarrollado actividades psicosociales y de salud mental que incluyen el desarrollo de habilidades para la vida de los niños y niñas, asesoramiento y orientación individual y grupal, concienciación pública y educación de adultos sobre mecanismos para afrontar determinadas situaciones con un enfoque positivo.
