“Mi hermoso hogar, Alepo, se transformó en un cementerio”

Halima Ibrahim tuvo que huir a Jordania desde Siria cuando estalló la guerra. UNRWA fue su salvavidas y el de sus hijos

“Mi hermoso hogar, Alepo, se transformó en un cementerio. Los coloridos mercados y calles se convirtieron en paredes derrumbadas y polvorientas”. El testimonio de Halima Ibrahim Musa es muy doloroso. Es una mujer refugiada de Palestina de 50 años, que aún tiene muy presentes los últimos momentos antes de abandonar su hogar para proteger a sus hijos, tras el inicio de la guerra en Siria en 2011.   

La familia huyó a Jordania en 2013, tras la desaparición de su marido. Halima se llevó todo lo que pudo en una bolsa y huyó con sus tres hijos, sin saber lo que le esperaba. En su viaje hacia Jordania se encontró con muchas personas aterrorizadas que también se vieron obligadas a huir a pie desde Siria.  

La familia llegó a Wehdat, un campamento de personas refugiadas de Palestina en Amán. Una vez allí el hermano de Halima y otros familiares les ayudaron a salir adelante. 

Durante todo este proceso, para Halima fue especialmente traumático ver el sufrimiento de sus hijos, quienes a su corta edad tuvieron que hacer frente a la pérdida de su padre, al desplazamiento y al pánico de los ataques militares. Además, tras llegar a Jordania, la incertidumbre de cómo salir adelante afectó mucho a su salud mental.  

Fue su hermano quien le informó que podía contar con otra ayuda. “Me acercó a UNRWA, el gran apoyo para mí y mis hijos”, asegura Halima. Se registró en la Agencia y, desde entonces, su vida ha sido menos dolorosa y más segura.  

Los equipos de la Agencia en Siria asistieron a la población durante la guerra y también trabajaron para ayudar a las personas refugiadas de Palestina de Siria que huyeron del país tras el estallido del conflicto. UNRWA les ha brindado servicios esenciales como educación, atención sanitaria y asistencia en efectivo.  

“Si no fuera por el apoyo de UNRWA para ayudarnos a asegurar nuestro futuro, ¿quién habría dado un paso adelante para ayudarnos?”, se pregunta Aryam, la hija de 15 años de Haila, que aspira a ser abogada en el futuro.  

Gracias a la asistencia en efectivo de la Agencia y a los ahorros de la familia, Halima ha conseguido asegurar la estabilidad y un futuro para sus tres hijos. Esta ayuda fue sin duda un punto de inflexión para la familia.  

En UNRWA, trabajamos para ser un apoyo vital para las personas refugiadas de Palestina, especialmente para las más vulnerables. Gracias a los esfuerzos de nuestros equipos, hemos llegado a innumerables familias como la de Halima y les hemos abierto la puerta a nuevas oportunidades.