“Con la ayuda de UNRWA, estoy reconstruyendo poco a poco mi hogar y mi vida”
15.12.2025El proyecto de reconstrucción de UNRWA supone un salvavidas para las familias refugiadas de Palestina en Yarmouk, Siria
Emad es un refugiado de Palestina de 43 años. Vivía con su familia en el campamento de Yarmouk, en Damasco, hasta 2012, cuando se vio obligado a huir de su hogar por culpa de la guerra en Siria. Los combates en la capital del país fueron devastadores y el campamento fue arrasado.
Antes de la guerra, este campamento albergaba la mayor comunidad de personas refugiadas de Palestina de Siria. En total, alrededor de 160.000. Yarmouk también era un destacado centro comercial y de ocio, y sus calles siempre estaban llenas de vida y ajetreo. El conflicto acabó con esas dinámicas y las familias refugiadas de Palestina se vieron obligadas a huir por la violencia y el asedio. Según evaluaciones, el 72% de los hogares del campamento sufrieron daños, muchos de ellos quedaron inhabitables.
Tras casi una década desplazándose, moviéndose entre barrios y atravesando problemas para acceder a una vivienda por los precios del alquiler, en 2021, la familia de Emad se vio obligada a volver a Yarmouk, pensando que quizá podrían regresar a su hogar, a su vecindario y encontrase con personas que había dejado atrás por la guerra. No fueron los únicos. En septiembre de 2024, alrededor de 8.000 personas refugiadas de Palestina registradas en UNRWA volvieron al campamento, porque las dificultades económicas no les dejaron otra alternativa.
Cuando Emad regresó encontró su casa inhabitable por los graves daños que provocó la violencia. “Me quedé allí en silencia. Sentí como si mis recuerdos hubieran sido destrozados”, cuenta.
A pesar del duro golpe y de la incertidumbre, Emad se negó a resignarse y no perdió la esperanza. UNRWA intervino en su situación y le brindó un apoyo que le hizo resurgir y volver a tener una motivación y una esperanza. A través del proyecto de reparación, los equipos de la Agencia llevaron a cabo una evaluación estructural de la casa de Emad. Aunque los resultados confirmaron que los daños eran graves, la intervención de los profesionales fue el punto de inflexión hacia la rehabilitación de su hogar.
“Cuando los ingenieros de UNRWA vinieron a ver la casa, sentimos que por fin nos veían”, comparte. “No solo vieron paredes rotas. Vieron a una familia intentando reconstruir su hogar”. Ahora, Emad ve con alegría y alivio cómo avanza la obra. “Con la ayuda de UNRWA, estoy reconstruyendo poco a poco mi hogar y mi vida”.
Este proyecto de reconstrucción de UNRWA está suponiendo un salvavidas para miles de personas refugiadas de Palestina de Siria, que tras años de sufrimiento se han visto obligadas a volver a Yarmouk, debido a las dificultades económicas. Los ingenieros de la Agencia evalúan las estructuras, mientras que el personal de trabajo social evalúa la vulnerabilidad de las familias. El objetivo es estudiar cada caso y que las personas que más lo necesitan tengan cuanto antes un lugar seguro para vivir.
