Ali, el niño impulsor de las adaptaciones en las escuelas para menores con discapacidad en Cisjordania

A pesar de las lluvias torrenciales que caen sobre la Escuela Jalazone de UNRWA, en Cisjordania, el clima sombrío no detiene las risas dentro de la colorida clase.  En primer grado, Ali y sus compañeros juegan juntos coloreando sus cuadernos. Ali Arabdeh es un estudiante refugiado de Palestina, tiene 7 años y convve con una discapacidad que le afecta a sus movimientos. Ali ama estudiar inglés y tiene grandes planes para su futuro.

“Mi pasatiempo favorito es memorizar los nombres de los medicamentos. ¡Cuando sea grande, quiero estudiar ser médico!”, comenta el pequeño.

Para abordar algunos temores, Mostafa, director de las Escuelas para Niños de Jalazone, aseguró a la madre de Ali que la escuela y su equipo, incluidos los orientadores escolares, apoyarían a su hijo. “Las cosas fueron bastante difíciles al principio, pero me siento muy satisfecha con los pasos dados por sus maestros y la escuela. Se aseguran de que Ali tenga las mismas oportunidades que sus compañeros de clase”, comenta Ruba, madre de Ali.

La Escuela de Niños de Jalazone es una de las 19 escuelas de UNRWA en las que se brinda acceso a oportunidades educativas seguras e inclusivas para niños y jóvenes afectados por conflictos que viven en Cisjordania y Gaza.  UNRWA Cisjordania se centra en 19 escuelas (ubicadas en áreas H2, áreas C y Jerusalén Este). 7.724 niños se benefician de este programa.

Se han realizado trabajos de mantenimiento en 29 aulas, con muebles y equipos adaptados.  Los maestros y maestras lideran el aprendizaje a través de actividades lúdicas. Estas aulas también son más accesibles para los estudiantes con discapacidades.  El nuevo mobiliario permite a estudiantes como Ali participar en actividades junto a sus compañeros.

Estos programas son esenciales para el objetivo de implementar un enfoque educativo inclusivo, de calidad y basado en los derechos de todos los niños y niñas. Programas como este aseguran que el personal educativo pueda brindar servicios básicos y apoyo adicional necesario para desarrollar el potencial de cada estudiante refugiado de Palestina. 

Los compañeros de Ali lo incluyen completamente en todas sus actividades desde una edad muy temprana, lo que ha dado lugar a relaciones de apoyo muy bonitas y necesarias. “Uno de mis momentos favoritos es el tiempo que nos dejan para jugar.  Mis amigos van a correr al patio de recreo y yo corro con ellos”, comenta Ali feliz. “Le encanta porque sus amigos lo llevan al patio de recreo con su silla de ruedas para poder jugar juntos”, agrega la madre de Ali.

Para garantizar que los estudiantes con discapacidad puedan alcanzar su máximo potencial, la estrategia de educación inclusiva de la Agencia busca brindar a los estudiantes apoyo social y psicosocial. UNRWA cuenta con orientadores y profesionales de la atención psicosocial para implementar esta estrategia.  Los esfuerzos en este sentido, con respecto a Ali, fueron muy fructíferos pues hoy en día es un niño muy sociable, que se comunica con otros estudiantes, sin importar su edad.

Ser un joven estudiante refugiado con discapacidad no es fácil. A pesar de que la escuela ha logrado proporcionarle a Ali una silla de ruedas y una clase adaptada, aún no está equipada para ser completamente accesible.  De momento la escuela carece de ascensores y salidas de emergencia accesibles, ambos esenciales para Ali, por lo que se necesitará apoyo adicional para fortalecer estos aspectos.

La historia de Ali es una gran lección sobre cómo el apoyo a una educación inclusiva y equitativa puede ayudar a transformar nuestras sociedades. Manar Basharat, oficial de servicios de campamento de refugiados de Jalazone, asegura que Ali ya está liderando grandes transformaciones dentro del campamento de Jalazone: “Gracias a Ali, 600 estudiantes de estas escuelas ahora son conscientes de que los estudiantes con discapacidades pueden estudiar, comunicarse y estar con sus compañeros como cualquier otra persona”, señala con orgullo. “Ali nos ha dado una oportunidad. Creo que al ayudar a Ali desde el primer curso en adelante, podemos apoyarle hasta la universidad para que pueda convertirse en el médico que sueña ser”, afirma Manar.