Ahmad vive con miedo de ir a la escuela
03.02.2023Vivir bajo ocupación tiene consecuencias en cualquier ámbito de la vida de las personas refugiadas de Palestina. Viven sujetas a restricciones extremas de libertad de movimiento, lo que les afecta en el acceso a la escuela, a la sanidad, al empleo o al acceso a sus tierras agrícolas.
En Cisjordania, uno de los aspectos más traumáticos de la ocupación, en especial para los niños y niñas, son las continuas incursiones militares en los campamentos de personas refugiadas. Durante estas incursiones, la población es víctima de ataques por parte del ejército israelí con gases lacrimógenos, balas de goma, intimidaciones, o, incluso, munición real. Según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, desde el inicio de 2022, 35 niños y niñas de Palestina han sido asesinados por ataques israelíes y 1.019 han sido heridos.
Ahmad es un niño de 12 años que vive en el campamento de Jenin, en Cisjordania. Es un niño como otro, le encanta el deporte y su equipo de fútbol favorito es el Real Madrid. Pero como el resto de los 1.500 alumnos y alumnas de las escuelas de UNRWA en el campamento, vive con miedo de ir a la escuela debido a las incursiones del ejército israelí en la zona.
“Recuerdo un día que estaba yendo a la escuela y escuché que la gente de la calle decía que el ejército estaba muy cerca del colegio. Así que me volví a casa y no fui a la escuela”, cuenta Ahmad. El pánico a enfrentarse a estas situaciones aumenta el riesgo de abandono escolar entre el alumnado. Además, en muchas ocasiones los alumnos y alumnas deben tomar caminos alternativos para llegar a las clases y que también suponen un peligro a su seguridad.
“El pasado mes de Ramadán fue muy difícil para mí. Veníamos al colegio un día sí y otro no, casi todos los días había una víctima. Venía el ejército israelí a diario e invadía el campamento”, asegura Ahmad.
Como consecuencia de los continuos ataques a estudiantes, los menores se enfrentan a graves problemas que interfieren en su educación y provocan problemas psicológicos, que deben ser tratados. “En el colegio hablamos con el orientador que nos anima y tranquiliza”, asegura Ahmad. UNRWA cuenta con cuatro orientadores en el campamento de Jenin para dar apoyo psicosocial a menores que conviven con la violencia israelí continuamente.
“Quiero vivir sin peligros y con seguridad”, pide Ahmad. La ocupación y la violación del derecho a la educación afectan a la infancia de los niños y niñas refugiados de Palestina. Su futuro depende en gran medida de su educación, por ello en UNRWA trabajamos para intentar proteger un derecho tan básico como ir a la escuela.